domingo, 27 de noviembre de 2011

Es un fragmento de uno de los diálogos de ''Bodas de sangre'' que refleja la fuerza del verdadero amor.

- El orgullo no te servirá de nada.

-No te acerques.

-Callar y quemarse es el castigo más grande que nos podemos echar encima. ¿De qué me sirvió a mí el orgullo y el no mirarte y dejarte despierta noches y noches? ¡De nada! ¡Sirvió para echarme fuego encima! Porque tú crees que el tiempo cura y que las paredes tapan, y no es verdad, no es verdad. ¡Cuando las cosas llegan a los centros no hay quien las arranque!

-No puedo oírte. No puedo oír tu voz. Es como si me bebiera una botella de anís y me durmiera en una colcha de rosas. Y me arrastra, y sé que me ahogo, pero voy detrás. Y sé que estoy loca y sé que tengo el pecho podrido de aguantar, y aquí estoy quieta por oírte.

1 comentario:

  1. Hola María: no estoy muy de acuerdo con tu comentario. A veces, en nuestra sociedad, confundimos el amor con el sufrimiento; la pasión con los celos; etc. (ya hemos hablado en clase de esto otras veces), y en Lorca esto se acentúa, quizás por otros motivos. No obstante, lo que sí vale la pena es el modo de contarlo del granaíno: "tú crees que el tiempo cura y que las paredes tapan, y no es verdad, no es verdad. ¡Cuando las cosas llegan a los centros no hay quien las arranque!". Esto sí que es auténtico, bajo mi punto de vista.

    ResponderEliminar